Todos los nacidos en el mes de Enero

La mujer serbal se sentía empujada a mantener una existencia en los techos más altos. Su comportamiento resultaba agradable y bastante sazonado como el fruto de su árbol tótem. Excelente en su equilibrio, pocas cosas le parecían excesivas, a no ser su intenso deseo de mantener una actividad permanente. Le resultaba imprescindible verse rodeada de sus más allegados, en especial los que poseían una personalidad muy acusada, ésos que la superaban en este sentido, porque iba a utilizarlos como soporte. Casi siempre precisaba contar con una colaboración para superar los momentos de mayores complicaciones, casi todos los cuales tendían a aparecer durante el estío. (Su tiempo más óptimo se localizaba durante el invierno.
 Y su color favorito era el gris de tono pardusco.)
El hombre serbal mostraba un sentido innato de la libertad. Esto no quitaba para que se sintiera muy apegado a lo material y fuese obstinado e incansable en el esfuerzo productivo. Lo mismo que resulta lento el desarrollo del serbal, su árbol tótem, los druidas se encontraban ante alguien que iba cubriendo día a día sus proyectos de una manera metódica. Le encantaba hallarse en un plano de independencia económica, libre de presiones de cualquier tipo, ya que le ofendía tener que actuar bajo el dominio de alguien a quien no entendiese. Esto podía llevarle a mostrarse triste y humillado. En realidad solía esquivar los compromisos, lo que le llevaba a retrasar el momento de buscar esposa. (Su tiempo más óptimo se localizaba en el invierno. Su color favorito era el verde oscuro.)
Los niños serbal nacidos este mes muy pronto darían muestras de querer sentirse libres en muchas parcelas de su existencia. El deseo de dirigir su propia vida sería algo que se advertiría muy pronto. También que hacían gala de una gran memoria. Desearían verse amados, a pesar de lo cual les costaría mostrar sus sentimientos en este mismo terreno. Sin embargo, las niñas se comportarían con mayor madurez, inteligencia y una cierta inclinación a la melancolía. En conjunto, estos niños terminarían por situarse en un lugar predominante dentro de la tribu, sobre todo en los largos periodos de paz, cuando lo que se precisaba era contar con alimentos. (Los regalos más adecuados para los niños serbal eran los productos bien elaborados. Su destino se hallaría relacionado con el comercio o con los viajes.)

Todos los nacidos en el mes de Febrero

La mujer sauce era inteligente y mostraba una gran percepción ante las situaciones más críticas. Puede decirse que los druidas se hallaban ante una criatura que vivía encerrada en sus propias deducciones, igual que si se hallara dentro de una torre de paredes transparentes, para salir de la cual necesitase que surgiera esa persona que le despertara la suficiente confianza. Poseía intuición y conocimientos, lo que le permitía facilitar las mejores respuestas a quienes le pedían ayuda. Esta predisposición tendía a rodearle de admiradores. Si la situación lo requería, no dudaba en mostrarse bastante voluntariosa. (Su tiempo más óptimo se localizaba durante la primavera y el verano. Y su color favorito era el amarillo brillante.)
El hombre sauce representaba la fertilización de la tierra, es decir, quien pensaba más en los otros que en él mismo. Al igual que ocurre con las ramas de su árbol tótem, los druidas se hallaban ante una persona que pretendía extender sus virtudes y habilidades sobre los demás. Muy cerebral, en la mayoría de los casos bastante acertado en sus deducciones, disfrutaba gobernando a todos los que le rodeaban. De carácter optimista, claro, acostumbraba a mostrarse discreto en los temas más íntimo. (Su tiempo más óptimo se localizaba en la primavera y en el verano. Su color favorito era el verde de tonos amarillentos.)
Los niños sauce nacidos este mes iban a mostrar una gran imaginación. No se tardaría en observar que habían quedado prendados por las cosas que sucedían a su alrededor, al mismo tiempo que les gustaba coleccionar objetos especiales y observar los avances de su raza. Poseerían una inteligencia viva, fantasiosa, que no les impediría formarse su propio criterio. Las niñas se mostrarían más abiertas a la hora de comunicarse, serían optimistas y modificarían su talante con mayor frecuencia que los niños. (Los regalos adecuados para los niños sauce eran las prendas y los objetos de adorno. Su destino se hallaba relacionado con la joyería o con las bellas artes.)


Todos los nacidos en el mes de Marzo

La mujer manzano simbolizaba la esencia de la seducción. Su fragilidad, los druidas la consideraban una especie de disfraz, pues en el fondo debía ser considerada fuerte como el tronco del árbol que vivía en su interior. Encantadora y sabrosa igual que el fruto de su tótem, siempre mostraba su esplendor en los papeles de esposa, madre o compañera del hombre al que había elegido como pareja. Mantenía una óptima relación en la tribu, lo que se comprobaba al observar lo bien que llevaba su casa, sin que los contratiempos pudieran arrancar del suelo sus raíces sólidas y profundas. (Su tiempo más óptimo era la época del estío y los inicios del otoño. Su color más favorable se localizaba en los tonos rojizos.)
El hombre manzano necesitaba desempeñar el primer papel en casi todos los momentos. Jamás actuaba como un simple contemplador de las cosas y de los sucesos, ya que alimentaba un deseo imperioso de mantenerse en activo. Tan enérgico como las raíces de su tótem, era un espléndido trabajador o un estupendo jefe. En ocasiones podía mostrarse algo vehemente, llegando a resultar acaparador y tiránico. Prefería manifestar su cariño a que su pareja se lo demostrase a él, aunque le agradaba que le amasen, siempre que tuviera la sensación de que era suya la mayor aportación en este terreno. (Su tiempo más óptimo se localizaba a finales del verano. Y su color favorito era el verde oscuro.)
A los niños celtas nacidos en este mes, luego serían manzanos, les importaría muchísimo lo espiritual. Pero la savia interna que les alimentaba iba aimpedir que se dejaran llevar fácilmente. Pronto demostrarían su temperamento apasionado y, en ocasiones, hasta violento. Al interesarles tanto lo nuevo, cuanto más arriesgado mejor, ya pudiera llegar del sexo femenino o del masculino, necesitarían someterse a un gran esfuerzo físico que les llevase al agotamiento(competiciones deportivas, largas excursiones, etc.). Lo ideal sería que se hallaran bajo la protección de un padre de sólido carácter y de una madre cariñosa, los cuales tuvieran muy seguro el destino que pretendían conseguir para sus hijos. (Los obsequios más acertados para los niños manzanos eran los juguetes de madera. Su destino tendría relación con el mando o con las profesiones que les permitiesen destacarse en las habilidades manuales.)

Todos los nacidos en el mes de Abril:

La mujer álamo era apasionada, firme y con talante, de ojos que nada dejaban que se perdiera y jamás se doblegaba. Excelente pareja, amiga de las improvisaciones, muy decidida en las experiencias novedosas, nunca permitía que algo quedase sin hacer. Le resultaba imprescindible la colaboración de sus más íntimos y de esas amigas que poseían la energía suficiente para acompañarla. (Su tiempo más óptimo era el otoño. El color que más le convenía era el gris de tono plateado o el plateado.)
El hombre álamo se hallaba en condiciones de alcanzar la cima de sus deseos. Algo que no evitaba que se mostrara bastante realista, poco hablador y enemigo de mostrar sus sentimientos. Le resultaba incómodo el aislamiento, acostumbraba a excederse a la hora de proteger a sus hijos o a las personas que considera sus íntimas y, en el caso de ver que podía ser destruida su rama (pareja), intentaría cambiarla con la mayor prontitud, no sin antes haber luchado hasta la extenuación por defenderla. Acusaba unas repentinas modificaciones de temperamento, que solían ser debidas a situaciones del presente. (Su tiempo más óptimo se hallaba a últimos del otoño y durante todo el invierno. Su color favorito era el gris oscuro.)
A los niños álamos nacidos este mes les iba a gustar más lo externo de su persona. Lo mismo que ocurría con el conjunto arbóreo que los representaba, los druidas se veían ante unos seres de débil aspecto, incapaces de dejar al descubierto su mundo interno. Si los varones aparecían más complejos, al mostrarse muy posesivos con lo que habían conseguido, las hembras se mostrarían más reposadas y llegarían a ser unas excelentes hijas y amigas, bastante proclives a hacer confortable la vida en su propio hogar. También podrían ser unas bravas guerreras en el caso de ver amenazada su familia. {Los regalos más adecuados para los niños álamos eran las ropas. Su destino tendría relación con los «maestros de los árboles» o con los buenos guerreros.)

Todos los nacidos en el mes de Mayo:

La mujer avellano poseía una gran fortaleza, lo mismo que el tronco de su árbol tótem, y se mostraba muy decidida con sus opiniones, sin rechazar el hecho de atacar a la persona que pretendiera descubrirla interiormente sin su autorización. No obstante, bajo la dura corteza se escondía un intenso derroche de amabilidad, al igual que su fruto. Se hallaba en disposición de darse totalmente, con la más absoluta sinceridad, a quien tuviese la habilidad de conocerla a fondo, aunque siempre necesitaba ser correspondida en la misma medida. (Su tiempo más óptimo era el otoño. El color marrón oscuro resultaba su preferido.)
El hombre avellano poseía un torrente de savia oculta. Su fuerte voluntad le llevaba a ser enemigo de lo impuesto o del trabajo sin imaginación. Esto le empujaba a buscar nuevas ocupaciones capaces de ofrecerle otras pasiones, mejor si le eran desconocidas. Le importaba dejar esta elección en manos de los druidas. Al igual que sucede con la copa del árbol que le representa, resultaban enormes sus ideas, aunque en escasas ocasiones conseguía llevarlas a la práctica. Cuando los magos-sacerdotes celtas se fijaban en las ramas del avellano, que son curvadas y alargadas, comprendían que este hombre manifestase ambición y un gran deseo de poseer. Resultaba bastante cariñoso con su mujer, aunque era difícil que se entregara de una forma definitiva, ya que esta reserva le servía de autodefensa. (Su tiempo ideal se encontraba a últimos del otoño. Su color favorito era el marrón de tonos oscuros.)
Los niños (o niñas) avellanos nacidos este mes podían llegar a ser todo un terremoto. Enseguida darían muestras de su ingenio, de un optimismo contagioso y, a la vez, de una incapacidad para concentrarse, ya que se distraerían por cualquier cosa o se dejarían llevar por las ensoñaciones. Algo que no impediría que estudiasen sus actos e intentasen organizar cada uno de sus pasos. En ocasiones su temperamento les conduciría a mostrarse díscolos. Una desventaja que debían tener presente sus padres, ya que habrían de enseñarles muy pronto a entender lo conveniente que resulta obedecer a las personas que han acumulado una mayor experiencia. (Los regalos que más les convenía a los niños avellanos eran los relacionados con la música. Su destino tendría mucho que ver con los druidas o druidesas, pero en su condición de bardos.)

Todos los nacidos en el mes de Junio

La mujer ciprés o tejo ofrecía una figura esbelta, mostraba unos ademanes optimistas, resultaba bulliciosa y hacía gala de una mentalidad pragmática poco común. Por otro lado, los druidas destacaban en ella su personalidad sensual, activa y con un atractivo que todos reconocían. Se comportaba de una forma impulsiva, sin que rechazara ningún trabajo por duro que a los demás les pareciese. Pero siempre actuaba mejor si se hallaba en compañía de la persona que amaba. (Su tiempo más óptimo era el otoño y los inicios del invierno. Mostraba una gran preferencia por el color anaranjado.)
El hombre ciprés o tejo se hallaba predispuesto a exhibir unas emociones volcánicas. Algo que parecía estar en contradicción con el hecho de que bajo su corteza ocultaba una gran sensibilidad, que por lo general tendía a no exhibir fuera de su ambiente más íntimo. Su savia resultaba muy abundante en pasiones enfrentadas. Tendía a elegir la inactividad y las ocupaciones sin altibajos, aunque en ocasiones le atrajesen las modificaciones; sin embargo, no dudaba en combatir hasta dar lo que realmente deseaba. Precisaba verse en compañía de árboles diferentes, que le sirvieran de apoyo y protección. El hecho de alimentar un deseo de aislamiento no le impedía mostrarse como un excelente padre, amigo y aliado. (Su tiempo más óptimo estaba el otoño. Y su color favorito era el amarillo de tono anaranjado.)
En los niños cipreses o tejos nacidos este mes los druidas veían la eclosión más positiva de los sentidos. Los varones serían bastante sensitivos e introvertidos. En apariencia se podría decir que resultaban fríos al carecer de la suficiente desenvoltura, aunque en su interior portarían un rebelde en esencia. Mientras tanto, las damitas celtas llegarían a ser las clásicas hermanas e hijas bondadosas, amigas de sus compañeras, dóciles y emotivas. (Los regalos más adecuados que se podían hacer a los niños cipreses eran los juegos de ingenio. Su destino tendría mucho que ver con la enseñanza o el entrenamiento militar )

Todos los nacidos en el mes de Julio

La mujer pino no podía ser fácilmente identificada, como si el misterio fuera su mejor aliado, ya que así conseguía guardar un secreto que muy pocos llegaban a conocer. Curiosamente, esto le proporcionaba un gran atractivo. Decidida, ensoñadora, creadora del más sólido ambiente hogareño y una buena madre (acaso se excedía en el sentido de defender a sus hijos), resultaba una excelente hermana, aliada y fiel amiga de sus más allegados. Acostumbraba a ir en busca de una existencia sosegada y muy grata. (Su tiempo más óptimo llegaba a mitad de la primavera. Y se inclinaba más por el color violeta de tono marrón.)
El hombre pino mostraba una predisposición a amar. Algo que los druidas consideraban lógico en una personalidad romántica y amiga de las nuevas experiencias, mejor si entrañaban un cierto riesgo. Lo mismo que sucedía con las ramas juntas y las hojas de formas aciculares de su árbol tótem, él mostraba el deseo de mantener bastante cerca, a la vez que muy unida, a toda su familia. Poseía un carácter firme, aunque no le importaba dejarse llevar, y alimentaba unas inclinaciones artísticas fuera de lo común, así como un sentido de la belleza sin artificios. Al ser un magnífico padre, su propio hogar era donde mejor se encontraba. (Su tiempo óptimo llegaba en el verano. Y su color era el verde.)
Los niños pino nacidos este mes serían unos soñadores. No tardarían en dar muestras de un temperamento melancólico, se les vería muy unidos a su familia y con una intensa vida interna. Los padres tendrían que educarles para que aprendieran a vivir por sus propios medios y para que se relacionaran con los niños de su edad. {Los regalos más adecuados para los niños pino serían los animales domésticos. Su destino tendrían bastante que ver con los forjadores qurealizaban las joyas más valiosas o con los mejores artesanos y artesanas.)

Todos los nacidos en el mes de Agosto

La mujer roble resultaba tan sólida como la madera de su árbol tótem, lo que no evitaba que se mostrara muy sensible, al igual que eran tiernas las hojas de aquél. Nada más que permitía ser amada por una persona que le brindase lo que ella más perseguía: el cariño sincero y fiel. Esto le resultaba imprescindible, como la savia que daba vida a sus firmes ramas. De adolescente aprendía muy pronto a saber lo que más le convenía. Algo que no evitaba que se mostrara intranquila, apasionada y hasta llegase a manifestar su enojo, al creer que se le estaba rebajando, sin que ella hubiera dado motivo para merecerlo. (Su tiempo más óptimo se localizaba en los inicios de la primavera. Siendo su color favorito el púrpura.)
El hombre roble quería ser el amo de todo el bosque. No obstante, los
druidas se encontraban ante una personalidad voluble, que intentaría gobernar a las personas de su entorno. Le encantaba dar órdenes y comprobar que se le obedecía. Dado que las ramas de su árbol tótem irradiaban un gran magnetismo, él solía despertar una fuerte atracción sobre quienes se encontraban a su alrededor, ya que además acostumbraba a resultar fascinante. Tan duro como la madera del árbol que le representaba, aunque no dejaba de mostrar sensibilidad, procuraba ocultar sus emociones. (Su tiempo más óptimo se localizaba a últimos del verano. Su color favorito era el marrón.) Los niños robles nacidos en este mes poseían una gran fortaleza. Los varones y las damitas se mostrarían bastante ambiciosos. Pronto se observaría que les encantaba convertirse en los protagonistas de la mayoría de los actos. Esto llevaba a que los druidas aconsejaran a los padres que enseñasen a sus hijos a distinguir el orgullo de la dignidad; a la vez, debían inculcarles que existía una cualidad imprescindible: la generosidad con los demás.
Todos los niños robles eran dueños de una gran habilidad a la hora de realizar trabajos artísticos. (Los regalos más adecuados para los niños robles eran los dulces de todo tipo. Su destino se hallaba relacionado con las artes o con la condición de jefes.)

Todos los nacidos en el mes de Septiembre

La mujer cedro se mostraba creativa y, a la vez, ensoñadora. Su optimismo era capaz de dar aliento a todas las personas que le rodeaban. Tenía una fe sólida en su porvenir. Constantemente estaba intentando que se le ofrecieran los trabajos de mayor responsabilidad, algo que no dificultaba otra de sus inclinaciones preferentes: pasar desapercibida. Lejos de la actividad normal era donde más a gusto se encontraba, sin que ello debiera considerarse una muestra de falta de comunicación. (Su tiempo preferido estaba en el final de la primavera. Y su color favorito era el verde de tono celeste.)
El hombre cedro dejaba sus raíces en el exterior, es decir, amaba a quienes le engendraron y quería que todos lo supieran. Su sentido práctico, unido a una mente despierta, le llevaba ser un gran pensador. El hecho de tener algo de exhibicionista, le conducía a ser muy apasionado, hasta el grado de alimentar unas ambiciones que llegaban a superarle. Aunque pareciese apegado a su propia casa, no dudaba en dejarla, en el caso de encontrarse a disgusto por uno u otro motivo, sin mostrar después ningún tipo de arrepentimiento. Esto obedecía a que tenía una personalidad bastante contradictoria. (Su tiempo más óptimo se hallaba en la primavera. Su color favorito era el verde de tono azulado.)
Los niños cedro nacidos este mes resultarían bastante introvertidos. Quizá fueran los más tímidos del horóscopo celta, a pesar de lo cual enseguida harían gala de una mente abierta y de una positiva sensibilidad. Dado que su existencia se realizaría hacia el interior, los druidas aconsejaban a los padres que estimularan a sus hijos con elogios, si fuera preciso, para que en ningún momento se consideraran diferente a sus compañeros. (Los regalos más adecuados para los niños cedro eran las caracolas y las crías de aves. Su destino se hallaba relacionado con la caza)

Todos los nacidos en el mes de Octubre

La mujer higuera disponía de un temperamento exquisito, a pesar de que se mostrara reservada en este aspecto. Poseía una voz cantarina y sus ojos singulares llegaban a profundizar en el fondo de las almas, lo que no le creaba enemigos. Su personalidad se amoldaba bien a las circunstancias, pero sin tener que renunciar a sus derechos. Podía llegar a mostrarse bastante humilde, siempre que lo considerase oportuno. Exhibía un comportamiento optimista y una innata amabilidad y, sobre todo, una predisposición a hacer grata la vida de los demás y la suya propia. (Su tiempo más óptimo llegaba a últimos del verano y en los inicios del otoño. Su color favorito era el azul de tinte violeta.)
El hombre higuera disponía de una personalidad algo pasiva. Le entusiasmaba el trabajo y la familia, en cuyo seno prefería mantenerse. Terminaba por odiar a quienes intentaban hacerle algún daño. Lo mismo que ocurría con la firmeza del tronco de su árbol tótem, se mostraba sencillo pero sin dejarse doblegar por nadie. Al ver sus grandes hojas o su «predisposición a defender a los suyos», los druidas podían saber que se hallaban ante un ser al que no le importaba demasiado lo material, ya que proporcionaba las ayudas sin pedir nada a cambio, lo mismo si debía entregar un dinero u ofrecer su esfuerzo físico. Resultaba un excelente padre y amigo, siempre que fuera correspondido en la medida que él deseaba. (Su tiempo más óptimo se hallaba en el otoño. Su color favorito era el azul oscuro.)
Los niños higuera nacidos este mes se mostrarían bastante humildes. Pronto se advertiría que obedecían con facilidad, se comportaban de una forma optimista y se dejaban llevar, aunque en ocasiones no dudasen en luchar por imponer sus caprichos. Las niñas resultarían muy hogareñas, por lo que necesitarían verse en compañía de sus padres, a los cuales exigirían, también, que viviesen en una perfecta armonía. Todos estos niños mostraban unas vocaciones artísticas. (Los regalos más adecuados para los niños higuera eran los objetos prácticos. Su destino se hallaba relacionado con los agricultores, con los canteros o con los pintores.)

Todos los nacidos en el mes de Noviembre

La mujer abedul difícilmente encontraría rivales de su categoría, a excepción de que se enfrentara a un hombre abedul muy violento. En el caso de verse ante la tesitura de impedir que llegase el agua a los otros árboles, es decir, privar a los demás de algo vital, lo haría sin dudarlo, en especial si se hallaba en juego la supervivencia de los suyos. Por lo mismo no le importaba que se le arrebatasen las hojas o las ramas en la defensa de sus propiedades. Luchar por lo que amaba le era innato. Algo que no quitaba para que se mostrara sensitiva y fascinante, ya que disponía de una mirada abrasadora que transmitía un hechicero atractivo, al igual que ocurre con las hojas de su árbol tótem. Su aspecto tenía algo de fantástico, de una humanidad graciosa y estilizada como el tallo del abedul. Esto no impedía que se volviera agresiva al sentirse atacada. (Su tiempo más óptimo se hallaba en los finales del otoño y en los comienzos del invierno. Su color favorito era el blanco.)
El hombre abedul poseía un don prodigioso para dirigir a los demás. Le apasionaba imponer sus decisiones y ver que le seguían. Al igual que le sucede a la savia de su árbol tótem, disponía de una gran vitalidad y de una inteligencia fuera de serie: no tardaba en saber lo que más le convenía y, a la vez, encontraba el medio que iba a servirle para conseguirlo con las mejores armas. Solía caer en momentos de debilidad, que le conducían a exaltarse. Una circunstancia que no le impedía ser un excelente marido, siempre que su esposa se situara en un segundo plano dentro de la casa. (Su tiempo más óptimo estaba a últimos del invierno. Su color favorito era el amarillo.)
Los niños abedul nacidos en este mes llegarían a dirigir las acciones de los demás. Los padres no tardarían en apreciar que sus hijos se mostraban caprichosos y con escaso pudor a la hora de relacionarse con los otros. Por eso tendrían que inculcarles una buena dosis de disciplina en el sentido más nítido y consistente.Las niñas resultaban más introvertidas, pero sólo aparentemente. No tardaban en hacerse unas grandes aliadas de sus madres, sin que ello les privara del impulso de salirse con las suyas o de encerrarse en un inesperado estado de melancolía. (Los regalos más adecuados para los niños abedul eran los objetos de adorno.Su destino se hallaba relacionado con la medicina o la ciencia en casi todos sus campos.)

Todos los nacidos en el mes de Diciembre

La mujer melocotonero poseía una gran destreza para obtener cariño.
Acostumbraba a mostrarse ambiciosa, a pesar de que resultaba poco práctica.
Amiga de embarcarse en muchas empresas, escasas veces llegaba a concluir algunas de ellas, debido a que solía verse desviada de su rumbo por otros motivos que iban apareciendo cada día. Motivos que consideraba más importantes que esos iniciales que le habían movido hasta ese momento. Sobre todo resultaba agradable, bastante expresiva y dinámica, en escasas ocasiones tenía problemas para resolver un trabajo. Se mostraba tierna, emotiva y grata como el fruto de su árbol tótem, con una gran maestría para despertar el amor. No dudaba en destruir todos los obstáculos materiales o espirituales, si lo consideraba imprescindible, para conquistar el corazón de la persona que realmente le interesaba. (Su tiempo más óptimo estaba en los comienzos de la primavera. Y su color favorito era el rosa.)
El hombre melocotonero había encontrado una estrategia especial para obtener el triunfo, a pesar de lo cual se comportaba de una forma exquisita, lo mismo que es dulce el fruto de su árbol tótem. Como ofrecía un veloz desarrollo, al igual que le sucede a todo el conjunto arbóreo, alcanzaba con relativa comodidad los objetivos que se proponía, la mayoría de las veces sin tener que someterse a grandes esfuerzos. Mostraba un carácter sosegado, pacífico, abierto y compasivo. Bastante romántico, era considerado un extraordinario aliado de sus amistades y un buen esposo. (Su tiempo más óptimo se encontraba en la primavera. Su color favorito era el anaranjado de tono oscuro.)
Los niños melocotonero nacidos este mes representaban lo más dulce.Enseguida se apreciaría que eran muy cariñosos, fáciles en la relación familiar,soñadores y creativos. Al mismo tiempo sabrían ganarse amigos, ya que les entusiasmaba asistir a fiestas y reuniones de la tribu. Sin embargo, sus padres tendrían que controlarle a la hora de imaginar, para evitar sus frustraciones por un exceso de confianza. Lo ideal sería que aprendieran a concentrarse en los objetivos inmediatos. (Los regalos más adecuados para los niños melocotonero eran las ropas que recordasen las actividades guerreras. Su destino se hallaba relacionado con los druidas médicos o con la pintura.)

Extraido del libro "Los celtas de Manuel Yañez Solana Editorial Coleccion Cosmos 1998 el cual recomiendo su compra por muchos más cápitulos interesantes y de valor para los amantes de la cultura celta.


¿Dejarian sus comentarios para saber en que proporción son acertadas estas carapteristicas?
Gracias y bendiciones.